Tuve la oportunidad antes de venir a Europa de ver esta bella película italiana dirigida por Vittorio de Sica con la que logró un Oscar a la mejor película extranjera, sin embargo, siempre he deseado hacer un paralelismo entre la vida en los jardines y lo que hoy llamamos “entornos”.
Es una vida donde todo lo que ocurre fuera de esos muros es desconocido para los niños y adolescentes que pasan allí casi todo el tiempo. y así transcurre todo hasta que los nazis y los fascistas italianos se fijan en ellos porque son….judíos, tan solo porque son diferentes o no son “puros” según su filosofía de vida. El jardín se vacía, sus habitantes son trasladados hacia los lugares donde serán confinados y seguramente mueran con el pasar de los años. Cuando algunos de los sobrevivientes regresan lo encuentran como lo dejaron, con los árboles más crecidos, la hierba que todo lo cubre, descuidado y abandonado, sin embargo, ha logrado el sitio sobrevivir a todos los bombardeos y saqueos. – Y aquí acaba el relato “difuminado” de una película que vi hace 40 años. – Yo he regresado en varias oportunidades a mis variados “jardines” que a lo largo de mi vida he podido tener, ninguno de ellos me impedía ver la “realidad” de la vida que existía detrás de sus muros. – Cada uno, y más en estos tiempos, se encierra en su jardín, aunque sea mental, y cuando uno lee los periódicos, accede a los foros, etc..llegas a la conclusión de que o a tu jardín le pones un muro tan alto para que no te vean ni puedas ver, o dejas ese muro bajo para que no solo se vea lo desagradable sino también las cosas buenas que hay en el mundo.- Yo conozco jardines con muchas flores donde de las fuentes emana continuamente agua y la vida transcurre placida y sin contratiempos.- Conozco también jardines hechos con esfuerzos del día a día, lo que permite a sus dueños contemplar como los árboles van creciendo, las flores cumpliendo su ciclo y la vida transcurriendo con sus altibajos y momentos felices.- Puedo observar desde mi atalaya los jardines que me rodean en la vida, puedo sentirme triste por el estado de algunos pero creo que, sin llegar a vivir el aislamiento del jardín de los Finzi Contini, lo triste es que muchos siguen buscando su jardín sin cuidar el que ya tienen a su lado y como es lógico, las plantas, como las personas, se marchitan y se secan.-