Me preguntaba mi hija ayer «¿Por qué ya no escribia como antes de la pandemia?» y no supe responderle.
Esta mañana leyendo un artículo publicado por el Sr. Zarzalejo en el El Confidencial referente al Rey Juan Carlos I y a lo que se está «pensando» para que deje de ser un problema para su hijo (el actual rey) para los políticos (que son los que tienen el verdadero problema) y «pensando» (según estos últimos en la moral del país) me dije, «aqui hay algo que huele a podrido».-
Porque en este país llamado España todos de alguna manera, hacíamos y hacemos en menor o mayor escala algunas de las cosillas de este Rey Emerito que nos ha traído hasta aquí en libertad y con cierta seguridad.
Seguramente no hubieran o hubiesen conseguido los políticos ningún otro elemento que genere conflicto global y oculte la tremenda crisis que estamos viviendo y que ellos tiene la «obligación moral» de resolver, o intentarlo cuando menos. Esto no es un problema de «mala suerte» por no haber nombrado a Nadia Calviño comisária en la Unión Europea, el problema es que como siempre los políticos se enzarzan entre ellos y a los ciudadanos que les den.
Obviamente tiene el sueldo asegurado que pagamos todos, pero no es que «toque a los políticos , hoy hablamos de «Gratitud» eso que somos muy dados a olvidar con rapidez.
GRATITUD, ESO FUÉ LO QUE TUVO EL REY JUAN CARLOS I doce años después con Suarez entregandole el Toisón de Oro pero Suarez ya vivía en otro mundo entre nieblas y no se enteró de nada.- Y no hablemos de Prado y Colón de Carvajal, en este caso quien se olvidó de la gratitud fué el Rey emérito.
GRATITUD, eso es lo que olvidamos muy rapidaménte con las personas que nos ayudan, que nos pasan el brazo y nos dan cobijo.
GRATITUD es lo que no hemos sabido tener con los seres humanos, médicos y demás que han muerto en esta pandemia por tratar de salvar a otros, no importa si era o no español.
GRATITUD es una cosa que aprendí en mi país de origen cuando estuve mal y pocas (no multitudes) de familiares se acercaron a mi para echarme una mano.
GRATITUD es la que tengo hacia aquellos, y sobre todo a aquel, que me ayudo en mis primeros meses en Marbella.
GRATITUD es la que siento hoy por todos esos subsaharianos que confiaron en nosotros y en los médicos cuando tratábamos de curar sus heridas y sus necesidades.
Y hoy, cuando este país, la cuarta potencia europea se debate contra una pandemia, con comedores sociales por toda la geografía, cuando algunos aprovechan todos estos problemas para sacar un rédito político como por ejemplo segregar o separarse de este país me pregunto donde carajo y en que momento los españoles olvidaron que ellos mismo en cientos de países iberoamericanos encontraron ayuda o, en que momento nos hemos olvidado que todos los gobernantes son seres humanos con sus debilidades y sus ambiciones salvo un solo hombre que conozco llamado Arturo Illia presidente de mi país, el cual murió con menos de lo que tenía antes y casi en la miseria.
No me vengan con mandangas, no quieran hacer de Don Juan Carlos I el receptor de todos los males de este país, actuó mal o lo hizo más tuvo amantes, era cazador (cosa que yo odio) pero sobre todas las cosas hizo por España lo suficiente para que a estas alturas, ya abandonado por su hijo, quitadas todas las prebendas económicas (total tiene dinero, diran algunos) mal creen que entre la lista de castigos que le van a imponer pretenderán «borrarlo » de nuestra historia reciente y quizás hasta intenten que no tenga un lugar donde descansar en el panteón de los reyes y finalice por siempre en el «pudridero».
Y así quedan las cosas
1.-Serás reconocido por lo último que has hecho, lo anterior no cuenta.
2.-En Francia la conversión del Rey de su religión le llevo a decir «París bien vale una misa», aqui seguramente estos parámetros se cumplan, sin embargo, sobre todo la GRATITUD no va a figurar entre las cosas a tener en cuenta.