Historia de Renhald , Mery y su…….. agenda

Hace unos días me vino a la memoria dos amigos que conocimos en la inmigración en Alemania. Ambos venían de Argentina, huérfanos los dos en diferentes lugares la vida los hizo encontrarse e inmigrar a Alemania. Habían llegado antes que nosotros y los conocimos ya asentados; eran tan jóvenes como nosotros y nunca entramos en el porqué de su orfandad,  el porqué de su abandono por parte de sus padres naturales,no obstante, siempre nos queda algo en los genes de quien nos ha parido y eso lo tenían, además conservaban algo sagrado para ellos una……AGENDA.

Esto enlaza con el futuro que nos puede esperar en la actualidad debido a esta pandemia, si debemos resignarnos o vivir el día a día sin pensar en el mañana.-

Los conocimos no recuerdo ni donde ni como pero finalizamos siendo los amigos de determinados sábados y domingos, y digo determinados porque todas sus citas y compromisos lo llevaban en una agenda negra desgastada por los años -«la tenemos desde que salimos de Argentina»- decían. Había que avisarles al menos con un mes de antelación si deseábamos hacer algún plan juntos. Recorrimos el Rio Rhin, el Mössel, pasábamos buenos momentos pero siempre la distancia, las confidencias no conformaban el «paquete» de su Agenda, era como salir con un grupo de gente de paseos decir «Hola y Adiós», el resto de los meses si no estábamos «agendados» por ellos no existíamos, así es un poco la inmigración o amistades profundas y con confidencias, contando cosas que uno piensa hacer, pensando en el regreso que nunca se produce e inclusive la familia que uno desea formar.

Pasados los años nosotros tomamos otro rumbo hacia España y como habíamos dejado nuestra nueva dirección en el correo Alemán, a casi seis meses de nuestra ausencia en Alemania recibimos una corta carta que decía «Tenemos libres el próximo fin de semana porque nuestra agenda está vacía para entonces si lo desean nos podemos reunir y organizar algo» ¡seis meses después de haber dejado Alemania!.  No sé que habrá sido de su vida, espero que hayan podido formar una familia, que hayan podido finalizar esa agenda tan misteriosa que llevaban y que sus proyectos se hayan podido llevar acabo.

Aquí finaliza esta pequeña historia que viene a enlazar con otra mas reciente, mas actual la cual le comentaba anoche a mi mujer –«no se si tenerles envidia o pegarles un tirón de orejas por lo absurdo de la conversación y los planes.-«

Una llamada del otro lado del charco, pareja casi de nuestra edad, cinco hijos que de alguna manera han salido adelante mas por voluntad propia que otra cosa y le suelta a mi mujer «ya tenemos previsto el plan de viaje del año próximo a vuestra casa y lo que ademas haremos»,  no estamos hablando de gente con un poderío económico enorme, ni estamos hablando de gente que no ha pasado por situaciones difíciles, lo que a mi me asombra en este enclaustramiento que tenemos aquellos que somos «carnaza» y números privilegiados para esta pandemia, es que sean tan audaces de pensar a un año vista.

No dudo que hay que ser optimista como país, no dudo que todos tenemos sueños, algunos muchos, otros pocos y algunos, como en mi caso,  creo que ya los he cumplido y la vida me está «regalando», pero las pocas veces que prendo el televisor (al margen de todas las noticias que leo en los periódicos digitales muy temprano) me llevan a la conclusión que lo máximo que puedo planificar actualmente es el «día a día», no es que sea pesimista pero veamos las cosas con una óptica real.

¿Puedes  dejar tu casa durante un periodo superior a 48 horas? NO corres el peligro latente que te la OCUPEN, ¿puedes salir mas lejos de 13 kilómetros, tomar contacto con otras personas sin correr peligros? NO, salvo lo necesario para seguir trabajando,¿puedes coger el coche o un avión e ir a ver a tus padres ya muy mayores? NO, porque quizás en el camino apareces infectado. ¿Que planes podemos hacer las personas de «cierta edad»? ¿Que planes pueden hacer los jóvenes casados con hijos que viven en 70 metros cuadrados? NINGUNO, solo pensar que «a mi no me tocará» ¿Puedo decirles a mis hijos que están todo el día fuera de casa «enclaustrense y no salgan», no tengo autoridad moral para hacerlo, tengo, eso si,  el deseo de protegerlos pero eso hoy en día no se «lleva».

A mi mujer y a mí, como el perro que tenemos, lo que nos queda es tele-trabajar, recibir aquellos que llegan a casa con la mochila cargada y tratar de que la descarguen, al menos verbalmente, y si está a nuestro alcance echarles una mano.

Ayer cuando Paco mi albañil que vive en un pueblo de Ronda donde el coronavirus no ha llegado, pero hay otras enfermedades mas ¿normales? como el cancer se marchaba le pregunte ¿como sigue tu tía?, Paco me miro con una sonrisa y solo me dijo «Gracias Alejandro por preguntarme por ella, esta luchando? «que se mejore Paco, y si algo puedo hacer cuenta conmigo.»

De aquí no podemos pensar en  el futuro, será el que será si la vida considera que aún debo seguir por aquí, quizás me desmelene y piense en un futuro pero hoy solo pienso en cuidar de los míos (si se dejan), contemplar los atardeceres y conseguir que la «nevera siga con comida», con eso ya me doy por conformado.

Y sin caer en el derrotísmo, sin caer en la idea que «nada se arreglara» les dejo una frase que leí en Facebook de Snoopy «NO ESTOY TRISTE SOLO UN POCO CANSADO DE ..SONREIR»

Un saludo desde Villa Jazmín, mi pequeño jardín de los Finzi Contini

Alejandro Pillado

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