BUENAS TARDES A TOD@S
Bastante tiempo sin hacer ninguna reflexión pero es que «no me salía», entre el temor a la pandemia, el día a día como un trabajador mas con sus vicisitudes, con sus tensiones y esta nueva prueba sobre mi cuerpo…. aún no sé como podía todas las mañanas levantarme con «energía» hacer mis tareas y sacar «esto», que es mi familia, adelante pero, quizás uno, en un momento dado se da cuenta que no es inmortal, que como todas las plantas tienen un principio y un final y cuando uno se convence de eso las cosas comienzan a ser mas ¿peliagudas? porque sabe que el reloj es imparable.
Ya lo de decía Julio Iglesias (78 años) en un comentario:
«yo pensaba que la vida no acababa e intente «hacerme amigo de ella» pero no lo he logrado».
Otros no piensan cuanto durarán sino, en cuantas cosas aún le quedan por hacer y entonces es cuando el dilema desaparece porque el «día a día» lo requiere.-
Deberíamos ser consientes de ello y exprimir a tope todos los días que te levantas porque eso quiere decir que estás vivo. –
Dos frases de estas últimas horas que he podido leer:
– «Estaba claro que esto se acababa ¡ya¡ y yo me estaba aburriendo de mi mismo» (Iñaki Gabilondo al dejar la radio a los 79 años de edad con una mente clara, un analista político como pocos hay en este país)
– «La cosa se está poniendo intensa». Leída en la revista Vanity Fair de Octubre, quizás no le diga nada a muchos, es mas impersonal pero también me llama a la reflexión.
Sí, intensa es la vida que llevamos todos hace unos días, miles de hectáreas quemadas cerca de casa porque algún estúpido decidió prender fuego al bosque; hoy viviendo la tragedia en La Palma con el volcán que ha despertado como un «bebe» con mucha energía, destruyendo casas, lugares de trabajo recuerdos y «lugares comunes» de tanta gente que ni aún resolviéndole las viviendas, podrán olvidar.-
Y uno que miraba el incendio desde mi atalaya, alejado del mismo, intentaba sin éxito ponerme en el lugar de las personas, de los boques, animales achicharrados pero, francamente, no lo lograba ¿insolidaridad quizás? ¡vaya a saber! ¿Por qué algunas veces reaccionamos de esa forma?.-
El volcán se apagará, los bosques se regenerarán, eso es la naturaleza pero, ¿donde quedarán los que han habitado uno y otro lugar?, eso francamente dudo que lo puedan olvidar de forma inmediata.-
Ayer me preguntaba un abogado con muchos años en sus espaldas jubilado: “¿qué es eso que escribes del cementerio de elefantes?” _ «¿que quieres que te diga? le respondí, de alguna manera todos finalizamos llegando a él. Le pregunté “¿tu estás conforme como llevas tus años? “ – “¡claro_ me dijo_ he trabajado toda la vida y ahora toca descansar.”
Me alegro por él pero hay millones de habitantes en este país llamado España que seguramente por las circunstancia de sus «cosas» no logren llegar a la ansiada jubilación porque saben perfectamente que con ella no descansarán y deberán seguir buscando dinero para completar el poder vivir ¿con dignidad?
Y mirando la pila de cosas que tengo aquí en la mesa por resolver de otros, no tengo tiempo para ponerme a pensar cuando y como acabara. ¿Jubilarme? Bueno, eso lo haré el día que ya no me funcione la cabeza como Dios manda o que mis achaques digan ¡basta!, mientras tanto como decía Joe Rigoli «yo tiro para adelante»
Aquí ha comenzado un suave otoño, las plantas lo agradecerán, yo lo agradeceré.
Un saludo, algunas veces uno escribe las «reflexiones» para uno mismo y por si acaso, alguno está bajo de moral o en un dilema porque, Ortega y Gasset no se equivocaba cuando decía la frase completa de «yo y mis circunstancias, si el tiempo lo permite»